Fin de semana que en palabras de los más castizos asistió a un efecto descorche de botella de champán y con él a una multitud en la calle, que sobre todo optó por pasear y recuperar todas esas sensaciones vitales que ofrece la calle en un día espléndido, y a partir de ahí, por hacer deporte, andar en bici, etc. Trasiego que a la vista de que proseguía el buen tiempo tenía su continuidad ayer, eso sí con menor afluencia de público, porque la jornada adquiría carácter laboral, condición que 51 días después de su cierre, llegaba, con muchos condicionantes al sector comercial y de servicios.
Desde días antes, lucía en muchos escaparates el correspondiente rótulo que anunciaba que este establecimiento 'vuelve' a abrir sus puertas el día 4, para lo que será necesario solicitar cita previa llamando al teléfono.
Una mañana en la que no todos abrieron. Y entre los que levantaron la persiana, recogió diferentes sensaciones. Tarea, sin duda, en las peluquerías. En las, digamos masculinas, la costumbre conllevaba que una silla, en el exterior hiciera las veces de sala de espera.
Esti Ruano (peluquería ER Matxain) reseñaba que no fue hasta la tarde del domingo cuando se hizo pública la normativa a la que debían atenerse a la hora de abrir los establecimientos.
En consecuencia, apuntaba, «con las medidas de seguridad ya dispuestas, y de alguna manera todo previsto y organizado, he preferido abrir yo y mañana (por hoy) ya estaremos toda la plantilla. Respetando las medidas de seguridad, podremos atender hasta cuatro clientas al mismo tiempo. No me cabe duda de que, la del sector, ha sido una de las vueltas más esperadas. Nunca hubiera pensado que éramos tan necesarias».
Explica que «a la hora de poder abrir ha sido todo un lío. Anunciaron que teníamos opción de levantar la persiana pero faltaba la letra pequeña. Me hacía gracia porque me llamaban las clientas y me decían han dicho en Sálvame esto y esto, y yo les respondía, cerramos con el BOE y abriremos con el BOE».
«Las normas de seguridad nos obligan a hilar muy fino pero en cualquier caso tenemos personal, sitio y medios. Contamos con una agenda muy apretada y no me cabe la menor duda de que la clave para un buen funcionamiento va a estar, por parte de todos, en la puntualidad. Desde mañana –por hoy–, muchas ganas, ilusión y por supuesto una sonrisa».
En las peluquería de chicos Irene Requerey (Irene Barbería), se despachaba con un «estoy sin parar. No obstante veo al personal un poco atacado. Nada, todo va fenomenal. Me las arreglo con la mascarilla y la visera. Desinfecto tras cada cliente y vuelta a empezar. Me han sorprendido dos cosas. Que la mayoría llamen para pedir vez, cosa totalmente inusual. Y con la afición que hay, que nadie quiera tocar el periódico. Con permiso del Consistorio he puesto una silla fuera por si a alguien le toca esperar. En mi caso, el día va estupendamente».
A la vista de que en confinamiento el deporte ha representado una de las grandes actividades y ocupaciones a lo largo del día, cabía pensar que podría haber movimiento en las tiendas dedicadas a la venta de material deportivo. Joseba Ajuria (Vicuña Sport) señalaba que «hemos abierto, número de teléfono en la puerta, mi hermana y yo, de alguna manera a verlas venir, y lo cierto es que hemos estado sin parar. Así que a pesar del engorro de la cita o llamada previa, la experiencia ha sido buena».
Lilian Matxain (Mercería Arantxa) exponía que durante estos casi dos meses de cierre «hemos tenido el género protegido con forros de plástico, que de momento no voy a quitar. Tengo en el almacén los artículos de verano, bikinis, etc. En este primer día hemos agotado la cinta de goma, que la gente ha llevado para seguir haciendo mascarillas. Habrá que ver, pero de momento para mí todo es una incertidumbre. No sé si, como ocurrió en la crisis del 2008, la gente va a reducir el gasto al mínimo, a lo imprescindible. hasta que se aclare el horizonte, y así las cosas, me hago una pregunta ¿compro género?».
Y por lo demás, una mañana suave, y en más de un caso, limpiezas y preparativos porque el próximo lunes empieza una nueva fase.